Tejido epitelial ciliado // Fecha: 21-10-2011

Objetivo: Observar las células que constituyen el tejido epitelial ciliado de las branquias de un molusco.

Fundamento teórico: Ciertos tipos de células epiteliales tienen vellos diminutos denominados cilios, los cuales ayudan a eliminar sustancias extrañas, por ejemplo, de las vías respiratorias y a su vez, desempeñan funciones de transporte de sustancias. Los cilios son formaciones celulares alargadas dotadas de movimiento pendular u ondulante. Resultan ser más largas que las microvellosidades.

Material: Almejas o mejillones frescos, cuchillo o navaja, cuentagotas, portaobjetos, cubreobjetos, pinzas, microscopio.



Método: Con mucho cuidado, abrimos una almeja viva o fresca (también podemos trabajar con un mejillón o cualquier otro molusco bivalvo) introduciendo el borde de un cuchillo o navaja entre las dos valvas y presionando continuamente hasta la apertura de las mismas (Fig. 1.1 y 1.2).

Fig. 1.2
Fig. 1.1










Absorbemos parte del líquido que contiene la almeja en su interior con el cuentagotas, depositando una gota de éste en el portaobjetos (Fig. 1.3 y 1.4). 

Fig. 1.3
Fig. 1.4
                                                 









A continuación, extraemos un trozo de branquias y lo colocamos sobre la gota del liquido ya antes mencionado (Fig. 1.5).

Fig. 1.5

Finalmente, fijamos el cubreobjetos sobre la muestra y procedemos a la observación microscópica.



Observación: Nos hemos percatado que en la muestra de tejido epitelial existían células vivas cuyos cilios se movían rítmicamente, además de diversas partes que las componen (a las células), como por ejemplo, el núcleo. Básicamente, lo que observamos en general resultó similar a lo que se muestra en la Fig. 1.6. También hemos advertido la presencia de un microorganismo (zooplancton) que, al parecer, en el momento de la observación se estaba alimentando.

Fig 1.6. Imagen obtenida de http://bhclausha.blogspot.com/ 


Conclusión: La pared corporal de los moluscos está constituida por un epitelio superficial, normalmente ciliado. En el caso nuestro, podemos encontrarlo en zonas como el tubo digestivo, en el intestino delgado, el intestino grueso y en las trompas de falopio (como es el caso de las mujeres). Su función es la de transportar líquido o moco a través de dichos órganos tubulares que recubren.

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